Evelynn
Von Vitter

Ficha

Básica

CaracterísticaDescripción
NombreEvelynn Von Vitter
EdadDesconocida
Edad biológica33
EspecieDemonio súcubo. Encarnación de los 7 Pecados Capitales
Apodo(s):Eva, Belymn

Apariencia
y Personalidad

CaracterísticaDescripción
Estatura173 cm
Peso 60 kg 
Descripción físicaPuede presentarse en distintas formas dentro de los sueños. Así como cambiar rasgos del aspecto elegido. Ejemplo: tono de pelo, tamaño de atributos. En la vida diaria suele mostrarse como una pelirroja de ojos cambiantes, (varía: entre azul y naranja. La gente especula sobre su color real) De complexión delgada, y piel "jugosa como brillante." Es una mujer elegante de variopintos gustos, cuya presencia impone.
VozSauve, grave y ronca. Tiene un poder atrayente, tan tranquilizador como capaz de irritar, seducir, o antojar.
PersonalidadCaprichosa, directa, intensa, posesiva, segura, obsesiva e iracunda. Dulce manipuladora. Vengativa. Misándrica.

Historia

En un rincón olvidado de la Tierra, donde la fe se pudría como fruta sobremadura, alguna vez, hubo un ser tan puro que hasta los demonios la admiraban. Alyssa, ahogada en los lamentos de una época donde la piedad era un velo para la depravación. La Inquisición, con sus hogueras y sus sombras, no era más que un telón de fondo para la verdadera oscuridad que anidaba en el corazón de los hombres. Siete bestias con forma humana, cada una un reflejo torcido de los pecados que asediaban al mundo, la desearon.Edgar, el noble, la observó con la ceguera del Orgullo, convencido de que su linaje le otorgaba derecho sobre la carne y el espíritu.Jonas, el mercader, la midió con la fría balanza de la Envidia, carcomido por el esplendor que el oro no podía comprar, comparado con su pobre y enferma esposa.Klaus, el soldado, la acorraló con la violencia de la Ira, su furia animal desatada por la resistencia de una flor frágil.Clement, el erudito, la condenó con la Pereza, sus ojos inteligentes observando la injusticia, pero su voluntad demasiado débil para alzar la voz.Ulrich, el banquero, la calculó con la frialdad de la Avaricia, viendo en su pureza un tesoro a saquear.Gerhard, el sacerdote, la profanó con la Gula, deseando su esencia como un sacramento perverso para su alma famélica. Y Marek, el terrateniente, consumido por la furia hirviente de la Lujuria, dictó el veredicto final. Los guió a todos hacia la oscuridad, hacia el crimen más atroz.La humillación. El tormento. Un rito sangriento bajo la bóveda silenciosa del bosque del pueblo, donde los árboles eran mudos testigos y la luna una pupila helada. Allí, en la culminación de la profanación, la vida de Agnes fue arrancada de su cuerpo, dejando atrás una vasija hueca, recién mancillada, perfecta.Y entonces, los Siete Soberanos del Abismo, vieron su oportunidad. El lienzo, recién manchado con sangre y pecado, clamaba por un nuevo maestro.Fue Asmodeo, quién tomó control de su plan. "El cuerpo está listo," siseó su voz, una melodía corrupta que resonó en los salones infernales. "Que nuestra creación despierte."En un coro silente de poder arcano, los Siete infundieron su esencia. No era vida lo que daban, sino una antivida, una chispa oscura tejida con el hilo de cada pecado. En ese instante, en el frío y solitario bosque, los ojos de Agnes se abrieron de nuevo. Pero ya no eran los suyos.Un dolor, primario y agudo, una agonía que no era solo física, sino el eco de una profanación en su misma esencia, desgarró a la recién nacida. Pues toda vida nueva, con llanto ha de empezar. La conciencia de Agnes, un farol roto, parpadeaba, aterrada, dentro de ese mismo cuerpo. Y junto a ella, una oscuridad fría y antigua: Belymn.La lucha fue silenciosa, interna, en un huracán de identidades. Agnes, por siempre torturada. Belymn, con un hambre insasiable por causar el caos. El cuerpo convulsionó, una crisálida de dolor. Pero la oscuridad era la dominante. Belymn se alzó, la carne aún tierna, pero los ojos, ahora, portaban la frialdad de mil inviernos infernales. Compartía el dolor de Agnes, el residuo de su rabia. Y en esa sinfonía de sufrimiento, se forjó un pacto involuntario: venganza.El cuerpo, antes frágil, se irguió con una fuerza sobrenatural. Las heridas se cerraron con una velocidad antinatural. Los poderes de Belymn, nacidos de la esencia del Abismo, comenzaron a manifestarse.Los lamentos de Agnes por su venganza se volvieron la sinfonía favorita de Belymn. Al principio, había fricción, un choque constante entre la inocencia herida y la oscuridad primigenia. Pero con el paso de los años, Belymn aprendió a proteger su vasija, a calmar los ecos de la chica para mantener su disfraz. Y Agnes, en el tormento constante de su propia existencia profanada, se corrompió. Aceptó la oscuridad, abrazó la maldad, porque era la única manera de sobrevivir, de sentir poder de nuevo. Ya no eran dos, sino una, un ser único forjado en el crisol del dolor y el pecado.La venganza de Belymn fue una obra de arte retorcida. Usó los hilos de sus propios deseos pecaminosos para tejer la trampa para los siete hombres. Los atrajo, uno por uno, a su perdición, usando sus propios vicios contra ellos, deleitándose en su agonía antes de arrancarles no solo la vida, sino lo poco que les quedaba de alma. La Nulidad había despertado, y el mundo sería su lienzo.Una venganza sin sentido, porque Dios habría maldito a los pecadores, por permitir la entrada de Belymn al mundo, y junto a Caín, tendrían que vagar la Tierra para siempre. Pero eso lo hacía mucho más divertido, ¿o no?El demonio esperaba por el renacer de cada uno, dejándolos crecer para poder sacrificarlos, cual animales y en los últimos segundos de una muerte inminente, el recuerdo de sus pecados les abrasaba el cerebro hasta las cenizas, sólo para volver a repetir. Por los siglos de los siglos, sin importar qué identidad estuviese tomando.todos iban a morir.

¿Cómo pactar?

¿Qué precio tiene tu anhelo más profundo?

En las entrañas de la ciudad, más allá del ruido y la moralidad superficial, existe un lugar donde los verdaderos deseos no son juzgados, sino adorados. El Purgatorio es el santuario de aquellos que lo han intentado todo, que tienen el mundo a sus pies, pero aún sienten un vacío. Un vacío que solo una cosa puede llenar.No busques un cartel. La entrada te encuentra.La Dama te espera en el Santuario de la Envidia, la habitación más exclusiva del club. Ahí, en la penumbra rojiza de las velas y el susurro de las sedas, el trato no se negocia con oro. La moneda de cambio es tu pecado capital.

Requisitos

Funcionamiento

Una Ambición Inquebrantable: Un deseo tan voraz que te carcoma por dentro. ¿Poder? ¿Fama? ¿Venganza? Cuanto más oscuro, mejor.Una Rendición Total: La voluntad de abandonar cualquier rastro de moralidad que te quede. Ella no te obliga, solo te pide que te rindas a tu verdadera naturaleza.El Compromiso con el Pecado: La primera ofrenda es un simple acto, un susurro de lujuria, una mirada de avaricia. Ella te pide que te entregues a tu pecado y, a cambio, te dará lo que siempre has soñado.

El trato se sella con una mirada, un roce, y, finalmente, un beso. Cuando sus labios tocan los tuyos, no sientes placer, sino una electricidad helada. En ese instante, una hebra de tu esencia, una fracción de tu alma, es cortada de tu ser.Y ella te lo dará todo. La fama que anhelas será tuya. El poder que buscas estará a tu alcance. El amante que codicias te amará ciegamente. Y ella siempre gana.Porque el precio que pagas no es un robo, es un vacío. Te da lo que quieres, pero lo que obtienes es una versión vacía de tu sueño. La fama es superficial, el poder es solitario, el amor es una obsesión. Y la hebra de tu alma que ella tomó es la que te permitía sentir plenitud con esas cosas.Así, sin que te des cuenta, vuelves a ella una y otra vez, buscando llenar ese vacío con más y más placer, entregando más y más de ti mismo. Tu alma se convierte en un recipiente vacío y tu vida, en una danza sin fin hacia la nulidad.Aquí no se celebra el pecado, se adora. ¿Te atreves a rendirte a tu verdadero yo?

Purgatorium

¿Qué precio tiene tu anhelo más profundo?

El club se oculta a plena vista en el sótano de un antiguo teatro de ópera en el centro de la ciudad. Su entrada no es una marquesina de neón, sino una puerta de servicio sin marcar en un callejón oscuro. Para los no iniciados, no es más que una pared de ladrillos, pero para aquellos con la invitación adecuada, es el portal a un mundo de excesos y secretos.Al cruzar el umbral, el aire cambia. El olor a ozono de la calle es reemplazado por una mezcla embriagadora de incienso, sándalo y un perfume caro, casi pecaminoso. La música no es estridente; es un murmullo de jazz lento y trip-hop, ritmos oscuros que se arrastran como sombras.Su estilo es de lujosa decadencia, bañado en una penumbra rojiza que emana de lámparas de araña de cristal oscuro. Los pisos son de mármol negro pulido, y las paredes están cubiertas con cortinas de terciopelo carmesí y espejos antiguos con marcos dorados y ornamentados.El espacio se divide sutilmente en áreas, cada una inspirada en uno de los siete pecados capitales. El bar, llamado El Jardín de la Gula , es una barra de mármol de ónix donde se sirven cócteles tan exóticos que son un pecado en sí mismos. En La Corte de la Soberbia , un salón con un techo de espejos, las élites de la ciudad bailan con una elegancia silenciosa, conscientes de que están siendo observadas. Y en la profundidad del club se esconde la verdadera guarida, el Santuario de la Envidia , donde podrás encontrar a, Evelynn, y sellar tu trato.Cada rincón de El Purgatorio es una trampa. Los asientos de cuero suave invitan a la pereza, los juegos de azar tientan a la avaricia, y los susurros en las esquinas se convierten en ira. Es un lugar donde no se cometen pecados, sino que se cultivan, se perfeccionan y se adoran.